"No tengo la más mínima vocación para ser marioneta; el Gobierno no tiene la credibilidad para concluir esas reformas exageradas y desproporcionadas", dijo Calheiros en el Senado al explicar que dejaba de ser el líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en la cámara alta.
"No estoy dispuesto a liderar al PMDB actuando contra los trabajadores y contra los estados más pobres de la federación; no cederé ante un Gobierno que trata al partido como un departamento del Poder Ejecutivo", dijo Calheiros en su discurso de despedida.
El Gobierno está conformado por una coalición que integra principalmente al PMDB y a otras fuerzas de derecha y centroderecha, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
En sus últimos discursos en el Senado lo acusó de plegarse a las órdenes del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, preso por corrupción desde hace meses, e incluso le sugirió que renunciara a su mandato por el bien del país.
Esta postura creó tensiones dentro del partido y hubo en el Senado un enfrentamiento entre Calheiros y el presidente del PMDB, el senador Romero Jucá, quien amenazó con apartarlo de la jefatura del bloque si votaba contra la reforma laboral.
"Al contrario, creo que Renan (Calheiros) tiene la grandeza de salir exactamente para unificar y dar armonía a los legisladores del partido", dijo Oliveira, citado por el portal de noticias UOL.
Calheiros es uno de los hombres más influyentes de la política brasileña.
Ha estado en el Congreso desde los años 80 y fue presidente del Senado en tres ocasiones, la última entre 2013 y febrero de este año.
Al igual que muchos de los principales nombres de su partido y del Gobierno también está manchado de corrupción, pues tiene más de una decena de causas abiertas en el marco de la investigación conocida como Operación Lava Jato (lavadero de autos).