El helicóptero fue localizado "en la población de Osma, en el estado Vargas (centro-norte)" y por el momento "no hay ninguna persona detenida", dijo el vicepresidente Tareck El Aissami al canal estatal Venezolana de Televisión.
Reverol aseguró que el incidente no representa al cuerpo policial al que pertenece Pérez.
"Estos hechos aislados, cometidos por un integrante de esta institución, son actos individuales, unilaterales que no representan el sentir de este noble cuerpo que día a día arriesga su vida para garantizar la paz", añadió.
Fuentes del Gobierno dijeron que el hombre estaba vinculado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU, mientras el presidente Nicolás Maduro calificó el acto de terrorista.
Mientras se desarrollaba este incidente, la sede del parlamento, de mayoría opositora, fue rodeada durante más de cuatro horas por unas 100 personas que arrojaron al recinto explosivos, piedras y botellas e impidieron salir a unos 100 diputados y 50 periodistas que asistían a una sesión ordinaria.
"Después de largas horas, como a las 11 de la noche (23:00 hora local, 3:00 GMT), logramos salir con apoyo de algunos guardias, pero el resto del día hubo inacción por parte de los cuerpos de seguridad", dijo a Sputnik el diputado Jorge Millán.
El canciller Samuel Moncada reclamó la condena de la comunidad internacional al ataque.
"Un señor se declara guerrero de dios, secuestra un helicóptero, lanza granadas y huye; eso en cualquier lugar del mundo es un acto de terrorismo; sin embargo estamos esperando la reacción de países que dicen preocuparse por Venezuela, por los derechos humanos del pueblo venezolano, por la lucha contra el terrorismo, y no hemos visto una declaración" al respecto, dijo Moncada.
"En relación con los graves hechos sucedidos en Venezuela (….) que afectaron al Tribunal Superior de Justicia y a la Asamblea Nacional de ese país, el Gobierno de México reitera su enérgico rechazo a la violencia", dice un comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana.
Venezuela vive una grave crisis política y económica, agravada por la lucha de poderes.
Desde que comenzaron las manifestaciones opositoras el 4 de abril, han muerto 78 personas y más de 1.300 han resultado heridas.