"Fui denunciado por corrupción pasiva a estas alturas de la vida sin jamás haber recibido valores", dijo Temer en un pronunciamiento público desde el Palacio del Planalto (sede del Gobierno).
La denuncia contra Temer se basó en un video en el que uno de sus asesores más próximos, Rodrigo Rocha Loures, aparece cargando una maleta repleta de dinero, un supuesto soborno de los directivos de la empresa cárnica JBS para el presidente.
Temer fue denunciado por corrupción pasiva, pero se espera que la Procuraduría presente próximamente denuncias por otros dos delitos: obstrucción a la justicia y pertenencia a organización criminal.
En este sentido el presidente criticó que el fiscal dividiera las denuncias en tres porque busca así debilitarlo y hacer daño al Gobierno y al país, argumentó.
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"La denuncia busca destrucción y venganza; y encima parten las denuncias (…) Quieren parar el país, parar el Congreso, con denuncias frágiles y precarias", criticó el presidente, que una vez más advirtió que la renuncia no estaba en sus planes.
"No escaparé de las batallas, ni de la guerra que tenemos por delante; mi disposición no disminuirá con ataques irresponsables", desafió, y añadió: "No quiero ataques a la institución de la presidencia de la República ni mucho menos al hombre Michel Temer; no me falta valentía para defender mi dignidad personal".
El presidente también criticó el acuerdo de delación premiada que permite que el empresario Joesley Batista, propietario de JBS que lo grabó a escondidas autorizando sobornos al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, siga en libertad a pesar de las confesiones de sus actos corruptos.
El líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño aprovechó para argumentar que la conversación que sostuvo con Batista, y que lo inculparía de otros delitos, no puede usarse en el proceso porque es una prueba "ilícita".
Para argumentarlo recordó que el informe de la Policía Federal reconoce que hay decenas de cortes en el audio, aunque Temer omitió que en ese mismo informe la policía aseguraba que el audio no había sido manipulado.
Tras la denuncia, la Cámara de Diputados brasileña deberá decidir, por dos tercios de sus integrantes, si autoriza al Tribunal Supremo Federal a que investigue y juzgue al presidente, por lo que Temer deberá concentrarse ahora en reunir el máximo de apoyos posible entre sus aliados.