Tratado INF
Andréi Kots, columnista de Sputnik, destaca que el Pentágono anunció su disposición a iniciar la producción en masa de nuevas armas poco después de que varios congresistas de EEUU enviaran una propuesta de la Casa Blanca para iniciar la retirada de EEUU del tratado sobre misiles de alcance medio y más corto (tratado INF).
El documento, firmado el 1 de junio de 1988, prohibía desarrollar y poner en servicio misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales cuyo rango estuviera entre los 500 y 5.500 kilómetros.
Sin embargo, el especialista subrayó que Rusia utiliza los Kalibr, que tienen base en el mar, de manera que la prohibición no les afecta.
Sudakov aseguró que el Ejército ruso tiene pruebas de que los estadounidenses están desarrollando y poniendo en servicio proyectiles terrestres de alcance medio y más corto, incluyendo los modernizados Atacms, así como armas que toman como modelo desarrollos innovadores de combustible y motores capaces de aumentar el alcance.
"Los estadounidenses no quieren que ningún tratado los contenga. Su lógica es simple: si las relaciones con Rusia son tensas, hay que eliminar todas las restricciones y actuar de forma independiente sin tener en cuenta a otros países", resumió el analista.
En las fronteras de Rusia
Los nuevos misiles balísticos de corto alcance podrían mejorar significativamente el impacto potencial de la OTAN en su frontera oriental, opina el periodista. Actualmente, la Alianza Atlántica no dispone allí de sistemas terrestres capaces de alcanzar los 300-500 kilómetros. Esta tarea la cumplen parcialmente los misiles aéreos y aquellos con base en el mar. No obstante, los aviones y barcos son más vulnerables a la inteligencia rusa, señala Kots.
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Mientras tanto, los proyectiles modernizados Atacms podrían, en teoría, llegar desde Tallin, la capital de Estonia, a la ciudad rusa de San Petersburgo.
"Es posible contrarrestarlo solo con un aumento del potencial de defensa rusa en las fronteras occidentales", opinó Sudakov.
Según el experto, para destruir un misil de crucero Tomahawk, el sistema de defensa antiaérea ruso Pantsir necesita dos proyectiles antiaéreos. Es decir, la cantidad de misiles antiaéreos rusos disponibles tiene que superar en dos veces la de misiles de ataque de la OTAN, explicó.
Competencia
Actualmente, el arsenal del Ejército de EEUU cuenta con cuatro modelos del misil Atacms con diferentes ojivas y alcance.
En Rusia, el misil más cercano al nuevo Atacms es el Iskander —junto con sus nuevas modificaciones—. Este sistema entró en servicio del Ejército ruso en 2006. Hoy, han sido producidas más de 120 unidades.
Según numerosos analistas occidentales, los Iskander, junto con los sistemas S-400 y Bastion, desempeñan un papel clave en el concepto de 'antiacceso y negación aérea' (A2 / AD). Según esta estrategia, las tropas de la OTAN no pueden permanecer y moverse dentro del alcance de esta zona sin correr el riesgo de sufrir daños inasumibles.