En su artículo para The National Interest, el autor apunta que el programa de misiles iraní tiene ya cuatro décadas y se remonta a la guerra Irán-Irak que tuvo lugar entre 1980 y 1988, además de la rivalidad del país con Israel.
Aspecto histórico
"Los misiles de Irán han ido ganando poco a poco una mayor precisión y mayor alcance, lo que plantea un problema para toda la región", destaca Mizokami.
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Por lo tanto, Irán compró del Gobierno de Libia una serie de misiles balísticos monoetapa soviéticos R-17 de corto alcance. Estos ataques, junto con los ataques de represalia de Irak, constituyeron la llamada 'guerra de las ciudades'.
"La falta de precisión de los misiles convirtieron las ciudades en los blancos más fáciles, y la población civil de ambas partes sufrió las peores consecuencias de esta campaña brutal", profundiza el experto.
De esta manera, la necesidad de misiles balísticos y la enemistad histórica con Israel llevó a Teherán a desarrollar su propia industria de misiles. Los primeros —Shabab (Estrella fugaz)— eran copias de los misiles soviéticos R-17. Según las estimaciones de la Nuclear Threat Initiative (Iniciativa de amenaza nuclear), Irán dispone de entre 200 y 300 misiles de este tipo en su arsenal.
Arsenal de misiles balísticos de Irán
Los misiles Shabab-1 son capaces de portar una ojiva química o altamente explosiva de 900.000 kilógramos de peso a una distancia de hasta 300 kilómetros. Los Shabab-2 cuentan con un alcance de casi 500 kilómetros.
El Shabab-3 dio lugar al menos a un misil más —Ghadr 1— de menor alcance y mayor precisión. La nueva ojiva desarrollada específicamente para los dos tipos de misiles permite aún mayor estabilidad, maniobrabilidad y precisión.
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Mizokami expresa que Teherán dio un paso gigante al desarrollar el misil Sejil de medio alcance y combustible sólido. A diferencia de los misiles de combustible líquido, esta arma no tiene que repostar antes del lanzamiento y puede permanecer almacenada previamente a la acción. Asimismo, no requiere de un convoy de vehículos de reabastecimiento de combustible que puede fácilmente detectarse por las fuerzas enemigas.
De acuerdo con varios informes, Teherán también probó el misil Sejil-2 en 2009 y está desarrollando el Sejil-3 de tres etapas y de un alcance de 3.862 kilómetros.
En 2005 algunos medios informaron de que Irán había comprado una serie de misiles de medio alcance Hwasong-10 de Corea del Norte. Las nuevas armas se probaron en 2017, aunque sin éxito.
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Por el momento Irán no dispone de un arsenal de misiles balísticos intercontinentales. No obstante, Mizokami apunta que Corea del Norte ha demostrado que "incluso un país de escasos recursos es capaz de construir un programa de misiles creíble".
"El programa de misiles balísticos de Irán comenzó a partir de un requisito impuesto por el tiempo de guerra y progresó al desarrollo de un vehículo de entrega nuclear", profundiza el autor.