Según el rotativo, el Gobierno británico se enfrenta a "un problema infranqueable para deportar a yihadistas peligrosos, lo cual conduce a una serie de atentados terroristas en Gran Bretaña inspirados en Daesh (grupo extremista autoproclamado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países)".
En el informe, solicitado por la primera ministra Theresa May, se habla de la estrategia asumida por Gran Bretaña de expulsar a terroristas potenciales, llamada "Deportación con garantías".
Según esta doctrina, Gran Bretaña puede deportar a los sospechosas solo en el caso de que tenga garantías de que no serán torturados o maltratados en sus países de origen.
Se informa que los tribunales británicos "evitaban con éxito la expulsión de extranjeros sospechosos de terrorismo a sus países de origen", en base a una doctrina edificada en las leyes sobre la defensa de los derechos humanos.