El incidente tuvo lugar el 16 de junio y afectó a ocho aeronaves Boeing RC-135 y dos Boeing E-4B, conocidas como los aviones del 'día del juicio final'.
Los Boeing E-4B se distinguen por su alta resistencia. Así, en caso de un conflicto armado a gran escala, incluida una guerra nuclear, pueden soportar altas temperaturas. Asimismo, se supone que podrían asumir las funciones del punto de mando de EEUU si toda la infraestructura terrestre acabara destruida por el enemigo.
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Según los informes mediáticos, el incidente no afectó a la capacidad de defensa del país. En la actualidad, EEUU dispone de cuatro Boeing E-4B que están en servicio activo. Cada aeronave cuesta alrededor de 200.000 dólares.