Según el entrevistado, la vista de Abadi busca mostrar que, tras la victoria sobre Daesh —organización terrorista prohibida en Rusia y otros países—, Irak ha arreglado sus problemas internos y "ahora está dispuesto a realizar una política exterior de paz respecto a todos sus vecinos en las condiciones de crisis múltiples abiertas en la región". Bagdad podrá construir relaciones de confianza mutua con sus vecinos sobre la base de dos principios: respeto recíproco e independencia, agregó Bayati.
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La meta de la visita del mandatario iraquí a Teherán era recabar apoyo en la lucha antiterrorista. Además, en el marco de este viaje oficial, las partes discutieron asuntos económicos y comerciales, entre ellos la navegación por el río Shatt al Arab, que fluye entre los territorios iraquí e iraní y desemboca en el golfo Pérsico.
"Después de la victoria sobre Daesh llegará una etapa importante para Irak, que culminará con éxito en la medida en que se cumplan tres condiciones. La primera es la conformidad con la Constitución, la segunda es la preservación de la unidad del país y la prevención de su desintegración, y la tercera es la conservación del sistema democrático. La lección extraída de la lucha contra Daesh puso de manifiesto la necesidad de esta última", expresó Bayati.
A juicio del parlamentario, tras la victoria sobre los yihadistas, la presencia de los soldados estadounidenses en el país dejará de ser necesaria. Sin embargo, los asesores militares pueden ayudar a armar y formar al Ejército iraquí.