"Sin lugar a dudas, el tanque de nueva generación Armata, el sistema de misiles antiaéreos S-500, el avión de quinta generación y otros modernos sistemas rusos de armas tienen un futuro en las exportaciones, pero por el momento no están entre los correspondientes planes de suministros de Rosobornexport", señaló.
Diseñado exclusivamente en Rusia, el T-14 Armata es el pionero de la tercera generación de carros de combate principales fabricados tras la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo del modelo empezó en 2010, aunque la plataforma modular que le sirve de base se diseñó un año antes.
Lea más: Casi la mitad de las exportaciones de armas rusas corresponde a la aviación
El T-14 Armata dispone de un cañón de ánima lisa de 125 mm 2A82 (con la opción de instalar uno de 152 mm, 2А83) y una torreta no tripulada de control remoto.
El S-500 cuenta con misiles superficie-aire con un alcance de hasta 600 kilómetros para interceptar y derribar misiles balísticos intercontinentales, así como misiles de crucero hipersónicos, aviones y helicópteros.
El T-50 (PAK FA) es un avión táctico con características únicas que combina funciones de ataque y las propias de un caza, hasta ahora solo un país del mundo, EEUU con los F-22 y F-35 posee este tipo de tecnología.
Además, Rosoboronexport expresó su disposición de suministrar armamento a los países de la OTAN.
"Rosoboronexport, con la aprobación del presidente Vladímir Putin, entregaría con mucho gusto equipos militares a los países de la OTAN", dijo el director general de la compañía.
El alto ejecutivo condicionó esa posibilidad a la renuncia de los Estados occidentales a la competencia desleal.
"Por el momento, impide estas transacciones la competencia desleal por parte de los países occidentales que se manifiesta en la imposición de sanciones a Rusia y a Rosoboronexport", subrayó.
Mijéev citó a Grecia como un ejemplo de la cooperación exitosa en materia militar con los Estados miembros de la OTAN y es que el país heleno cuenta en su arsenal con los sistemas antiaéreos rusos S-300.
Remarcó también que las negociaciones que actualmente están en marcha con Turquía, otro país miembro del bloque militar euroatlántico.
Según Mijéev, la entrega de sistemas antiaéreos no encierra riesgos, ya que las relaciones entre Moscú y Ankara se construyen sobre la base de la "confianza recíproca".
El Gobierno turco negocia con Moscú la adquisición de las baterías antiaéreas S-400 capaces de abatir aviones furtivos, misiles balísticos y de crucero.
El S-400 tiene un alcance de hasta 400 kilómetros y puede destruir objetivos a alturas de hasta 30 kilómetros, con lo cual es el doble de eficaz que sus antecesores.