Las Fuerzas Armadas estadounidenses han relacionado estas cuatro muertes con 'episodios fisiológicos' sufridos en pleno vuelo, según un informe oficial publicado el 15 de junio. La investigación revela que los sistemas de oxígeno de los F-18 Hornet y de los T-45 —utilizados para entrenar- están plagados de fallos. Los episodios fisiológicos tienen lugar cuando la tripulación experimenta durante el vuelo fluctuaciones en la presurización de la cabina o cuando el aire que respiran está contaminado.
Solo en lo que va de año se tiene constancia de 52 incidentes de este tipo.
Los más de 100 pilotos que se han negado a pilotar los T-45 alegan que las aeronaves sufren continuos problemas también con el sistema de oxígeno. Hablan de desvanecimientos e incluso desmayos causados por la contaminación del aire.
El F-18 Hornet es un caza estadounidense de última generación cuya vida útil se ha tenido que ir alargando debido a restricciones en el presupuesto estadounidense y a la reducción en la cantidad de cazas disponibles. La aeronave está diseñada para 6.000 horas de vuelo y la Armada las está alargando hasta las 9.000.