El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, alertó sobre la posibilidad de que las discrepancias entre Catar y otros países del Golfo puedan desatar una guerra.
"No espero guerras", dijo Al Sisi en una entrevista con la radio Deutschlandfunk.
El líder egipcio indicó que la comunidad internacional debe estar interesada en elaborar un mecanismo para controlar a "ciertos países" a fin de no permitir que patrocinen a los terroristas.
"No me preocupo porque la presión sobre esos países para que dejen de financiar a los terroristas ya es el primer paso", dijo Al Sisi.
Al boicot diplomático de Catar se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras; Jordania y Yibuti redujeron el nivel de sus lazos diplomáticos con Doha; Senegal, Chad y Níger llamaron a consultas a sus embajadores en Catar.
El Gobierno de Catar lamentó el bloqueo diplomático al calificarlo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.
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