"Padecemos una peligrosa adicción, aunque se trate de un país amigo, el 95 por ciento de los recursos energéticos para nuestras propias necesidades los importamos" de Rusia, dijo Semashko.
Está previsto que el primer reactor de la central, que se está edificando con la participación de Rusia, comience a funcionar en 2019, y el segundo, en 2020.
A principios de 2016, Bielorrusia calificó de injusto el precio que Rusia le cobra por el suministro del gas y redujo los pagos por iniciativa propia.
En respuesta Rusia recortó el volumen del crudo libre de aranceles que envía a Bielorrusia, ante deuda del país vecino por el gas recibido e incumplimiento por Minsk del plan de suministro de derivados del petróleo al mercado ruso.
A mediados de ese mismo mes se informó que Bielorrusia saldó la totalidad de su deuda ante la compañía rusa Gazprom que se elevaba a 726,2 millones de dólares.