"Las investigaciones no revelaron (…) lesiones ni huellas que indicaran a la acción de una onda explosiva o influencia térmica", comentó el medio que cita a expertos.
Asimismo se destaca que los resultados de las autopsias "explican claramente" la causa de la muerte de los ocupantes del avión: "Son lesiones causadas por objetos obtusos".
En todo caso se subraya que las víctimas no presentan lesiones que puedan ser causadas por una explosión.
Actualmente en Polonia se están exhumando los restos de los muertos en el siniestro aéreo.
Entre 2011 y 2012 ya fueron exhumados los cuerpos de nueve víctimas para realizar autopsias y los forenses no encontraron pruebas de explosión a bordo del avión, en lo que insiste la comisión investigadora polaca.
En el accidente no sobrevivió ninguno de los ocho tripulantes y los 88 pasajeros, miembros de una delegación gubernamental que viajaba a Rusia para rendir homenaje a miles de militares polacos que la policía secreta de Stalin ejecutó en los bosques de Katyn, en 1940.
Según los resultados de una investigación que el IAC dio a conocer a principios de 2011, la principal causa del accidente fue la decisión de los pilotos polacos de aterrizar en condiciones de baja visibilidad, en vez de dirigirse a un aeropuerto de reserva.
La primera investigación realizada en Polonia y dirigida por el entonces titular del Interior, Jerzy Miller, también estableció que la causa del accidente fue la decisión de aterrizar en condiciones meteorológicas adversas.
Tras el cambio de Gobierno en el país, el nuevo ministro polaco de Defensa, Antoni Macierewicz, ordenó la reapertura del caso y formó una nueva comisión para esclarecer las circunstancias de la tragedia.