"Declaro abierta la sesión", aseguró el presidente del TSE, Gilmar Mendes, poco después de las 19 horario local (22:00 GMT).
Poco después, el magistrado encargado del caso, Herman Benjamin, pasó a leer un resumen de las investigaciones en la sede del TSE en Brasilia.
El juicio continuará hasta el jueves en diferentes sesiones pero es probable que se prolongue, ya que cualquiera de los siete magistrados puede pedir más tiempo para analizar las pruebas, por lo que no hay una fecha para el veredicto final.
El proceso responde a una acusación formalizada en diciembre de 2014 por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que acusó a la fórmula presidencial de Rousseff-Temer de "abuso de poder político y económico" por haberse financiado en parte con supuestos recursos ilícitos de la trama corrupta de la empresa semiestatal Petrobras.
La defensa de Rousseff negó todas las acusaciones, mientras que los abogados de Temer piden que su caso se diferencie del de Rousseff, argumentando que los dos tenían cuentas separadas a pesar de ir juntos en campaña.
Aunque el TSE determinara esta semana la casación del mandato de Temer, sus abogados podrían presentar un recurso alegando errores procesales en el caso, con lo que el presidente se aseguraría al menos 60 días más en el cargo.
La defensa de Temer podría también presentar un recurso extraordinario ante el Tribunal Supremo Federal.
Si el presidente del TSE acepta el recurso, el caso pasa al Supremo, donde no habría plazo para su tramitación, pero si lo niega la casación de Temer se confirmaría.
En tal extremo asumiría la presidencia de forma temporal el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (Demócratas), que tendría 30 días para convocar una elección indirecta; así pues, los parlamentarios deberían elegir a un sustituto para gobernar el país hasta la investidura de quien gane las elecciones presidenciales de octubre de 2018.
Rousseff, del izquierdista y ahora opositor Partido de los Trabajadores (PT), y Temer, del centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), fueron compañeros de fórmula en las elecciones presidenciales de 2010 y de 1014, en virtud de una alianza que le permitió al PT contar con la numerosa bancada parlamentaria del PMDB.
Pero Temer se distanció de la presidenta y fue uno de los que facilitó el juicio político en el Congreso que acabó con la destitución de Rousseff en 2016 por maniobras de maquillaje del presupuesto fiscal.
Temer asumió entonces la presidencia que ahora podría perder.