Según recordó el experto, el primer prototipo del lanzagranadas antitanques equipado con municiones HEAT (alto poder explosivo antitanque) entró al servicio del Ejército rojo en 1949. En aquel momento, tuvo un alcance de 150 metros y era capaz de penetrar hasta 18 centímetros de blindaje.
"Con este lanzagranadas, incluso un novato que no tenía experiencia era capaz de destruir los tanques más novedosos de la OTAN", subrayó Mizokami.
En 1961, la URSS inició la fabricación en serie de los RPG-7, capaces de destruir el blindaje de hasta 26 centímetros de espesor desde una distancia de hasta 200 metros. Además de esto, la nueva arma estaba equipada con un visor telescópico.
"Simple y eficaz, este lanzamisiles se convirtió en una de las armas antitanque más eficaces de la época de posguerra", detalló el experto estadounidense.
El avanzado lanzamisiles no solo podía alcanzar los objetivos terrestres, sino también los aéreos. Así, el experto militar Gordon Rottman precisó que 7 de los 8 helicópteros estadounidenses caídos en Afganistán entre los años 2001 y 2009 fueron derribados por el lanzagranadas soviético.
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La versión modernizada del RPG-7, denominada RPG-29, se utiliza por numerosas unidades de infantería de las Fuerzas Armadas de Rusia. Según subrayó Mizokami, en las últimas cinco décadas, Moscú ha alcanzado un progreso significativo en cuanto al desarrollo de armas compactas antitanque.
El experto subrayó que "las tensiones entre Rusia y la OTAN siguen en aumento" y que los estrategas militares estadounidenses deben tener en cuenta que incluso "la infantería ligera del enemigo puede representar un peligro para los vehículos blindados de EEUU".