Los autores, que muestran una ciudad desértica y anegada por las aguas, han basado su trabajo en los resultados de diversas investigaciones que defienden que los glaciares podrían empezar a derretirse velozmente en caso de que la temperatura media mundial suba dos grados.
En 2007, unas lluvias torrenciales ya paralizaron la ciudad estadounidense al provocar numerosos daños y desperfectos, así como retrasos en el servicio de transporte público.
Una de las herramientas para combatir los desastres climáticos es el Acuerdo de París, adoptado en 2015 y que entró en vigor en noviembre de 2016. El memorando establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente de combustibles fósiles que, según la mayoría de los científicos, son la causa del calentamiento global.
El presidente Donald Trump anunció la semana pasada que EEUU se retiraba del Acuerdo de París. El republicano argumentó que "el tratado no es para frenar el cambio climático, sino más bien para que otros países adelanten económicamente a Estados Unidos".