El conflicto entre Doha y otras naciones vecinas se desató después de que la agencia de noticias catarí QNA difundiera unas supuestas declaraciones del emir de Catar en las que se mostraba a favor de normalizar las relaciones con Irán.
El discurso fue publicado una semana después de la celebración de la cumbre entre EEUU y varias naciones musulmanas en Riad. Durante el encuentro, el país anfitrión, Arabia Saudí, condenó a Teherán en nombre de todos los participantes por practicar políticas hostiles en la región.
El Ministerio de Exteriores catarí afirmó más tarde que el polémico discurso atribuido a Tamim bin Hamad Thani, líder de Catar, era en realidad obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia de noticias.
Según el experto político y militar de la fundación Diplomacia popular, Serguéi Prostakov, entrevistado por la Agencia Federal de Noticias de Rusia —FAN, por sus siglas en ruso—, las recientes acciones de los países del golfo Pérsico están relacionadas con Washington.
El secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, llamó a las naciones de la región a negociar y resolver sus discrepancias.
"Las palabras formales y de protocolo de Tillerson acerca de la necesidad de mantener la unidad de las naciones del golfo Pérsico no van a cambiar nada las relaciones de estos países en competencia. Para la estrategia de EEUU en Oriente Próximo, todo sigue igual que antes: la presencia militar de EEUU en Catar no depende de un cambio de gobierno en Doha, aunque este se produzca", señala Prostakov.
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El analista destaca que Catar es un Estado único, cuyo papel en la región, a pesar de tener un pequeño territorio y de su dependencia militar total de EEUU, ha sido enorme. En Catar se ubica la base militar estadounidense de Al Udeid, la sede del Comando Central de EEUU, que se ocupa de la planificación y realización de operaciones militares en Oriente Próximo, y el centro 609 de control de operaciones aeroespaciales. Desde estas instalaciones se supervisan todas las operaciones del Pentágono en la zona.
"Sin embargo, esta situación sitúa a Catar en una posición de dependencia total de la política interna de EEUU. Este país rico en petróleo y gas fue la principal herramienta de Obama y Hillary Clinton en la ejecución de sus planes durante la primavera árabe, que incluía no solo un cambio de regímenes en Oriente Próximo, sino también la redistribución del mercado del petróleo, que llevaría a que Catar dispusiera de acceso al mercado europeo a través de Egipto y Siria", explica Prostakov.
Según el experto, la financiación de organizaciones terroristas, el gigante mediático Al Jazeera y el comercio del gas y el petróleo son las herramientas que Catar utilizó para destruir a sus competidores y establecer su liderazgo en Oriente Próximo. No obstante, la llegada al poder de Donald Trump y los republicanos, estrechamente ligados con las compañías del sector energético de EEUU, detuvo la expansión de la influencia catarí.
"Catar, principal herramienta de la destrucción del Oriente Próximo en paz, pierde tras la primavera árabe, impulsada precisamente con su ayuda", concluye Serguéi Prostakov.