En el país eslavo fuma casi la mitad de la población adulta. El 60% de los adictos al tabaco planea dejar el hábito próximamente. La ciencia contemporánea permite hacerlo hoy en día de manera más sencilla. La dependencia al tabaco está considerada un tipo de trastorno. La nicotina influye en los receptores que activan las hormonas de placer.
Los médicos usan una serie de aparatos modernos y varios tipos de test. Por ejemplo, un simple análisis de orina sirve para mostrar el nivel de concentración de los metabolitos de nicotina. Estos datos son necesarios para prescribir una terapia, que iría destinada a disminuir progresivamente el nivel de concentración.
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Para calcular el nivel de monóxido de carbono en el aire exhalado se usa el monitor CO. Si el nivel es alto, se enciende un indicador rojo. Esto significa que la disminución del oxígeno en el aire exhalado es muy significativa y que el enfermo sufre ya evidentes irregularidades fisiológicas.
Mientras, para determinar el nivel de permeabilidad de los bronquios se aplica el espirómetro. El aparato muestra la cantidad de aire respirado y exhalado, así como la velocidad de su penetración en los pulmones a través del tracto respiratorio superior, la tráquea y los bronquios. Durante la investigación aflora también la 'edad de los pulmones', que generalmente supera a la del fumador.
En este último caso, se aconseja acudir a un laboratorio de ayuda para dejar de fumar tras una investigación detallada del organismo y de acuerdo a un programa de tratamiento individual.