El emplazamiento elegido para este avanzado artilugio es el cerro Amazonas, a 3.000 metros de altura, en el desierto de Atacama. El Observatorio Austral Europeo (ESO, por sus siglas en inglés), integrado por 16 países, es el organismo encargado de gestionar el nuevo telescopio.
El coste de la instalación será de 1.300 millones de euros, y eso que los diseñadores del proyecto redujeron sus planes iniciales para ahorrar 300 millones, según informa El Mundo.
"El ELT va a tener dos características que lo van a hacer único. La primera es el tamaño. A más espejo, más capacidad para ver el cielo más lejos porque recolectamos más luz. Aunque tengamos una estrella o una galaxia muy débil, con un espejo tan grande conseguimos focalizar suficiente luz para analizarla. Es la fuerza bruta. Cuanto más grande, mejor", explicó el astrónomo español Xavier Bracos, próximo director del ESO, en declaraciones al medio.