"Fue un hecho malicioso, tuvieron la intención de hacerme daño", dijo Straschenco al sitio de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina, al que pertenece Luz y Fuerza, citado por el diario La Nación.
El material colocado en la botella de agua de Straschenco el 9 de este mes era agua pesada (se emplea como moderador en reactores nucleares), cuyo acceso y traslado está estrictamente controlado por protocolos internacionales de seguridad.
El incidente reveló una violación de esos protocolos y de las normas de la propia empresa Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima, que gestiona las tres centrales nucleares argentinas, Atucha I, II y Embalse, dijo La Nación.
Straschenco descubrió que había sido envenenado cuando al retirarse de su lugar de trabajo, los detectores colocados en la zona de ingreso dispararon una alarma que indicaba un grado elevado de radiación.
El sindicalista dijo que los estudios que le hicieron hallaron una radiación que "oscila entre 130 y 180 milisieverts, cuando la medida máxima tolerada para un trabajador expuesto a la actividad del reactor nuclear es de 20 milisieverts por año", según Ámbito Financiero.
Una investigación interna determinó que Straschenco había ingerido agua de una botella deliberadamente contaminada.
De inmediato se lo sometió a un tratamiento médico para eliminar la radiación de su cuerpo lo más rápido que sea posible y, según los controles que se le han hecho, su vida no corre peligro, informó Ámbito Financiero.
En la planta en la que trabaja lo hacen unas 1.600 personas que pertenecen a cuatro sindicatos, 350 de ellos afiliados a Luz y Fuerza de Zárate.