"Brasil no paró y no va a parar; continuamos avanzando y votando materias importantísimas en el Congreso Nacional", dijo Temer.
El presidente destacó que en una semana se aprobaron siete medidas de carácter social “vitales” para el país y que además la reforma laboral avanzó en el Senado, lo que demuestra, en su opinión, el compromiso del Gobierno para superar la crisis.
“Amigos míos, el trabajo continúa y va a continuar; tenemos mucho que hacer todavía y este es el camino que mi Gobierno pretende seguir, reconducir a Brasil, por lo tanto, trabajemos”, finalizó.
Temer, líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) intentó transmitir una idea de normalidad, a pesar de que la manifestación del miércoles en Brasilia que pedía su dimisión fue la más violenta de los últimos meses.
Hubo 49 heridos e importantes daños en edificios ministeriales y a última hora de la tarde el Gobierno autorizó el envío de 1.500 efectivos de las Fuerzas Armadas a las calles de Brasilia para controlar la situación, una decisión muy criticada por los partidos de la oposición.
Temer, acusado por la Procuraduría General de la República de obstrucción a la justicia, corrupción y organización criminal, reiteró en ocasiones anteriores que no piensa dimitir.