Se cree que se trata de un hombre, bautizado por los arqueólogos como Mijaíl, que murió entre los siglos VI y IX. Se supone que falleció tras ser herido por una flecha. Por razones desconocidas estaba atado cuando fue enterrado.
Según los expertos citados por The Siberian Times, puede haber una explicación siniestra para su extraña pose. "Fue puesto en la tumba de espaldas, con las piernas como si estuviera bailando. Sus pies estaban cruzados, las rodillas abiertas y los brazos cruzados alrededor de su pelvis. Ninguna de las ceremonias de entierro conocidas incluye esta posición de cuerpo", subraya el arqueólogo Denis Vólkov que encabezó la excavación en el cementerio de Ust-Ivánovka en la región Primorski en el Oriente Lejano ruso.
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Para aclarar lo acontecido a Mijaíl, los arqueólogos pidieron ayuda de los criminólogos. Un examen forense determinó que este hombre era discapacitado, informa Amurskaya Pravda. Los huesos de su pie izquierdo estaban gravemente deformados. Sin embargo, a pesar de esta condición, vivió lo suficiente, hasta 30-35 años.