Los dos diplomáticos se reunieron para intercambiar opiniones sobre la situación en la península de Corea y en el Noreste Asiático.
"Las partes expresaron su preocupación por el drástico deterioro de la situación en esta región causado por los ensayos balísticos de Pyongyang y la desproporcionada actividad militar de EEUU y sus aliados, incluido el despliegue del sistema antimisiles THAAD en el territorio de Corea del Sur", dice la nota.
El 21 de mayo, Corea del Norte lanzó un misil balístico de alcance medio que voló unos 500 kilómetros hasta caer en el mar a unos 350 kilómetros de la costa coreana, fuera de la zona económica exclusiva de Japón.
El anterior lanzamiento tuvo lugar en la madrugada del 14 de mayo, cuando Corea del Norte disparó hacia el mar del Japón (mar del Este) un misil capaz de portar una ojiva nuclear.
En 2017 ya son ocho las pruebas de misiles efectuadas por Corea del Norte, incluyendo dos ensayos fallidos en abril.
En julio pasado, Seúl y Washington acordaron desplegar en territorio surcoreano una batería del sistema de defensa antimisiles estadounidense THAAD.
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Tanto Seúl como Washington aseveran que el THAAD solo pretende contrarrestar la amenaza norcoreana, pero Pekín y Moscú sospechan que en el fondo EEUU busca aumentar su presencia en la zona y monitorear las defensas china y rusa.