Algunos vehículos ni siquiera podían arrancar y otros no podían avanzar, asegura el medio ucraniano Zerkalo Nedeli, que basa sus informaciones en una carta de la compañía suministradora Ukrspetsexport.
"De 88 BTR-4 suministrados a Irak y supervisados por los especialistas de la ciudad ucraniana de Járkov, solo 56 lograron arrancar. Además, 33 de estos carros arrancaron con la ayuda de talleres móviles de mantenimiento técnico, mientras que solo 34 —de 56 BTR-4— pudieron moverse de su sitio. 10 vehículos tenían instalados motores de arranque defectuosos o carecían de ellos", se dice en la carta.
"Desgraciadamente, el contrato iraquí es solo una parte de los compromisos económico de nuestro país ante los clientes extranjeros. Según las estimaciones más modestas, el número de este tipo de contratos supera los 60", informa Zerkalo nedeli.
Esta no es la primera vez en la que un nuevo equipo militar producido en Ucrania se rompe o queda inutilizado tras abandonar la planta de montaje.
Al comentar este caso, el excomandante de la Armada de Rusia, Feliks Gromov, declaró al medio Nation News que "Tras 2014, Ucrania no tiene flota y todo lo que queda de ello son deplorables quebraderos de cabeza que surgen a la hora de hacer algo. Esta ruptura no es sorprendente, así debe ser, es una situación absolutamente normal para la Flota ucraniana", dijo.