Durante el experimento, biólogos británicos examinaron datos que abarcan 21 años de 910 macacos Rhesus hembras adultas de Puerto Rico. Los científicos encontraron que cada pariente femenino adicional reducía en un 2,3% las probabilidades de morir por año.
"Los macacos pasan mucho tiempo interactuando entre sí. Este estudio puede ser de mucha importancia para entender a los humanos, puesto que, de la misma manera que los primates, pasamos mucho tiempo navegando por el mundo social", declaró la encargada del estudio, Lauren Brent.
De acuerdo con los científicos, los resultados del estudio podrán ayudar a averiguar cómo se relacionaban los hombres de las sociedades primitivas y si esto afectaba su calidad de vida y su supervivencia.
"Los humanos y los macacos compartieron un antepasado común hace unos 25 millones de años, por lo que podemos tener alguna idea por estos primos lejanos sobre cómo era la vida de nuestros antecesores en las sociedades preindustriales", concluyó Brent.