Ambas figuras lideran los grupos más influyentes de la Libia moderna y todos los expertos esperan que estas conversaciones den paso a la estabilidad de ese país sahariano. Sin embargo, según varios expertos, no todos están interesados en una solución pacífica de la situación en Libia.
Así, el diputado libio Abu Bakr Baeer compartió con Sputnik que "la posición de algunos jugadores mundiales respecto a la solución de la crisis [en Libia] es incierta. Para ellos lo más importante es recuperar los gastos que han tenido en el país. Eso los preocupa más que la solución de la crisis. La comunidad internacional no ha desarrollado ningún plan para la estabilización de la situación". En su opinión, las fuerzas que han venido interrumpiendo el proceso de paz y creando tensión, actúan en interés de las potencias mundiales.
Con más precisión se expresó el politólogo libio Mujtar Jidal, quien considera que "el acuerdo entre el Gobierno de Unidad Nacional y el ejército será obstaculizado por Catar y Turquía, quienes quieren establecer en el país el poder de los Hermanos Musulmanes". Según el experto, los servicios especiales de Alemania y Francia han hecho un gran trabajo para destruir la reputación del Gobierno de Unidad Nacional entre los propios libios, por lo que este no logra establecer su poder por todo el país.
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Tras la intervención de la OTAN en el conflicto civil libio y el asesinato de Muamar Gadafi en 2011, el país sahariano se encuentra envuelto en una guerra civil con la participación de diferentes tribus, mercenarios y grupos terroristas.