"Han sido identificadas, están todas ubicadas y corresponde un arduo trabajo de ir hasta ellas, estudiarlas para saber qué es lo que se debe hacer con ellas, traer a los técnicos necesarios ya sea para su destrucción en el momento o para su remoción", dijo Roselli en entrevista con la emisora local Caracol Radio.
Roselli confió en que el plazo para la dejación de armas de los cerca de siete mil integrantes de las FARC se dé de acuerdo con el cronograma establecido, esto es, el 31 de mayo próximo, luego de cumplidos los 180 días que se pactaron para tal fin tras la firma del Acuerdo Final de Paz.
Al respecto señaló que las armas y explosivos que permanecen en los escondites no hacen parte de dicho calendario, por lo que su incautación y/o destrucción es un proceso aparte que puede extenderse durante varias semanas más.
"Las caletas (escondites) nunca estuvieron consideradas dentro de los 180 días porque no estaban identificadas hasta ya entrado el periodo de dejación de armas en el calendario, e inclusive ustedes saben que por la naturaleza misma de las caletas algunas de ellas son de infranqueable acceso porque están sumamente escondidas en bosques o montañas", dijo Roselli.
El pleno del Consejo de Seguridad de la ONU visitó Colombia entre el 3 y 5 de mayo pasados para conocer de primera mano los avances del proceso de paz y del trabajo de la Misión de la ONU en el país.
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El Consejo de Seguridad adoptó por unanimidad el 25 de enero de 2016 la resolución 2261, mediante la cual se estableció la Misión de la ONU integrada por observadores internacionales no armados para monitorear y verificar la dejación de las armas y formar parte del mecanismo tripartito (MM&V) para supervisar el cese al fuego definitivo bilateral y la cesación de hostilidades.