"Mi cliente demostró su inocencia y mostró también que nunca supo y nunca participó en cualquier acto ilícito relacionado con Petrobras", dijo el letrado Cristiano Zanin Martins la noche de este miércoles en rueda de prensa.
Lula responde una acusación de corrupción pasiva, blanqueo de dinero y evasión fiscal por presuntamente haber aceptado un apartamento de lujo de manos de la constructora OAS valorado en algo más de un millón de dólares.
Según los investigadores de la Operación Lava Jato, el inmueble, situado en la playa de Guarujá (Sao Paulo) sería una especie de agradecimiento por los favores prestados por Lula dentro de la trama corrupta de Petrobras.
"También quedó claro que el presidente no está siendo juzgado por el tríplex de Guarujá, sino por su paso por la Presidencia de la República", apuntó su abogado.
Tanto su defensa como el propio expresidente consideran que el juez Moro le está sometiendo a una "persecución política a través de un procedimiento político".
El interrogatorio duró casi cinco horas y se realizó en la sede de la Justicia Federal de Curitiba (sur del país) entre fuertes medidas de seguridad.
Al finalizar, Lula se dirigió al centro de Curitiba, donde le esperaban más de 4.000 simpatizantes para mostrarle su apoyo.