"La situación en el siglo XXI se aleja mucho de la crisis observada en los años 80. Por entonces la deuda tenía un tamaño igual a lo que los países producían durante un año. Hoy esa relación ya no es del 100%, sino menos de la mitad. Algo afortunado pero que de todos modos sigue generando un lastre en las finanzas públicas", dijo a Sputnik el economista y profesor colombiano José Roberto Acosta.
Los latinoamericanos son países en vías de desarrollo con enormes necesidades básicas insatisfechas, porque los Estados siguen destinando "casi una tercera parte" de sus recursos públicos recaudados de impuestos al pago de capital de intereses o servicio de la deuda.
El académico explicó que la principal deuda de América Latina es la externa. Durante los años noventa del siglo pasado, los países de la región se abrieron al mercado desarrollado a través de la emisión de bonos.
"Brasil, Argentina, Colombia, Perú, todos ellos emitieron bonos en dólares con amplia cotización en el mercado internacional. Brasil está pagando a 10 años tasas en dólares del 5,5%. Esos bonos de deuda externa representan la mitad de sus deudas. La otra parte está emitida en deuda propia. Lo llamativo es que parte está siendo comprada por extranjeros. En Colombia, hay
Para Acosta este fenómeno es "preocupante" porque quienes adquieren esos bonos son los llamados "capitales golondrina o especulativos". "Son capitales que compran estos títulos favoreciendo cierta estabilidad en el tipo de cambio. Pero ante cualquier incertidumbre política se van del país dejando una inestabilidad dramática en sus economías", explicó.
Ante la pregunta de si es posible una anulación de la deuda en la región, Acosta no tuvo una respuesta muy prometedora. "Desde el punto de vista pragmático es imposible. Pagar la deuda es un principio moral pero no podemos caer en la trampa de empeñarnos hacia el futuro. La deuda de hoy son los impuestos del mañana. Los Gobiernos y la sociedad deben ser austeras para no generar una carga impagable para nuestros hijos", concluyó.