"La reforma cambiaría el panorama político electoral e incentivaría una mayor participación social", dijo ante el pleno del Senado la legisladora del grupo parlamentario del PAN, Mariana Gómez del Campo.
El objetivo de la reforma es "generar condiciones de certidumbre al declarar un ganador en los comicios para la Presidencia de la República en el año 2018", dijo la legisladora.
Con ese fin, la senadora propuso a la cámara alta del Congreso reformar el Artículo 181 de la Constitución.
"Hoy en día, nuestro sistema electoral reconoce como triunfador a quien cuente con tan sólo un sufragio más que el contendiente más próximo, sin requerir que el ganador cuente con el respaldo popular mayoritario", sostuvo la senadora Gómez del Campo.
Esa situación fomenta que en el periodo postelectoral, "México se encuentre dominado por la incertidumbre, el radicalismo y el encono social", argumentó la legisladora del PAN, formación que derrotó por primera vez en 71 años al Partido Revolucionario Institucional (PRI, gobernante) en la contienda del año 2000.
Evitar la presidencia débil
El sistema político-electoral actual es la causa por la cual "México tiene una figura presidencial débil", prosiguió la senadora de la tolda blanquiazul.
En efecto, ese partido fundado en 1939 con ideas humanistas, hoy cercano a la Democracia Cristiana, ganó por primera la presidencia con Vicente Fox (2000-2006), quien logró 42,5% de los votos.
Sin embargo, Felipe Calderón (2006-2012) lo sucedió con menos respaldo.
Calderón logró un resultado apretado, con 35,9% de votos, apenas 0,62% arriba de Andrés Manuel López Obrador, que denunció un fraude electoral en un prolongado litigio, con protestas callejeras, que finalmente descartó el Tribunal Electoral.
Ambos mandatarios del PAN gobernaron sin control del Congreso, lo que les impidió impulsar sus proyectos legislativos por la oposicipon en el Congreso.
ELPRI es recordado por un acentuado estilo presidencialista, corporativo y autoritario, según el consenso de analistas del sistema político mexicano.
A mitad del sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000), el PRI perdió por primera vez el control del Congreso, en 1997; y en el 2000 entregó la presidencia a la oposición, por primera vez en siete décadas.
Desde entonces, el Poder Legislativo se fragmentó en tres grandes bloques: el PRI, el PAN, y Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda), y los presidentes han sido débiles, con escaso apoyo legislativo.
En las últimas elecciones legislativas de medio mandato, en 2015, nuevos pequeños partidos aumentaron su representación hasta sumar ocho fuerzas políticas en el Congreso y cuatro grandes polos.
Para impulsar las reformas a las cuales el PRI se opuso 12 años, siendo oposición, el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), que ganó con 38,2% de sufragios, impulsó el llamado Pacto por México, firmado por todos los partidos.
Pero después de las reformas, el pacto naufragó en su implementación, en una aguda disputa por el poder, entre denuncias de corrupción y una violenta guerra contra el crimen organizado, el narcotráfico, y una compleja relación con el vecino EEUU.