Al mismo tiempo, Mosul Eye, bloguero anónimo que reporta sobre la vida en la ciudad iraquí, aseguró: "Todo lo que sucede en la orilla oeste de Mosul, —de acuerdo con las leyes internacionales y las normas humanitarias— es un crimen contra la humanidad".
Según sus observaciones, miles de personas inocentes mueren en ambos lados de la confrontación. La coalición responde a cada disparo de armas pequeñas con un ataque de artillería, al de un mortero — con fuego huracanado y bombardeos. Cuando el 5 de mayo fue bombardeada una escuela, los medios de comunicación gubernamentales informaron haber destruido decenas de islamistas, pero al acudir al lugar, Mosul Eye solo encontró niños muertos.
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Sin embargo, el Gobierno del Irak, controlado por Washington, había garantizado la seguridad a los residentes de Mosul. A mediados de octubre del año 2016, la fuerza aérea iraquí difundió millones de folletos sobre la ciudad y decenas de miles de periódicos y revistas, que contenían recomendaciones detalladas para los habitantes.
En particular, el folleto decía que el Gobierno iraquí "se está preparando para tomar todas las medidas para liberar Mosul, restablecer la seguridad y la estabilidad en la región". Se destacó que "nadie debía entrar en pánico", pero, al mismo tiempo, se les recomendaba a los residentes permanecer en sus casas, sellar con cinta adhesiva las puertas y las ventanas para evitar la entrada de polvo y humo.
La segunda etapa se enfocaba en el uso de las armas de alta tecnología, en particular, los microaviones no tripulados, que debían transmitir la información sobre la ubicación de los terroristas para destruir las fuerzas principales de Daesh con ataques de artillería estadounidense y francesa.
La tercera etapa preveía eliminar a los yihadistas restantes. Según los autores de la operación, las fuerzas especiales de élite debían destruir rápidamente los últimos focos de resistencia.
"Pero algo les fue mal a los estadounidenses", señala el autor.
Tras unas terribles pérdidas en el oeste de la megalópolis, la coalición se olvidó de sus promesas de una rápida derrota. Por supuesto, tampoco se acordaron de las garantías de seguridad.
Incluso después de la liberación es poco probable que llegue la paz a la ciudad, señala el columnista.
La recuperación del orden será más difícil que la toma de Mosul, pronostica Philip Gordon, investigador principal del Instituto francés de Relaciones Internacionales.
"Mosul es donde, de hecho, se originó el movimiento de Daesh, por lo tanto, para los islamistas es un símbolo. La pérdida de la "piedra preciosa" significaría un aplastante golpe psicológico contra todo el grupo".
En cuanto Washington y Bagdad anuncien la captura, comenzarán ataques terroristas en Bruselas, París, Estambul y en las ciudades de Estados Unidos, advierte el periodista.
"Quizás algunos ya hayan huido, y otros consigan escapar durante la batalla. Así, fortalecerán la presencia de Daesh en Siria", explica Philip Gordon.
Sin lugar a dudas, empeorarán las relaciones entre EEUU y Turquía, que tiene una fuerte influencia política en Mosul. Ankara ha declarado en repetidas ocasiones su apoyo a los turcomanos étnicos en la ciudad y en la provincia de Nínive. Lo más probable es que estas personas sean perseguidas por los kurdos con el fin de presionar a Erdogan.
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Es decir, la liberación de la ciudad de Daesh llevaría a una escalada del terrorismo, enfatiza Sítnikov.
"En este sentido, Mosul representa un microcosmos de todo el Oriente Medio. Los conflictos geopolíticos entre los países, como Irán y Arabia Saudí, Irán y Turquía, se superponen a la histórica lucha religiosa entre los suníes, los chiíes y los kurdos", explica Gordon.
El experto opina que por esta razón el expresidente estadounidense Barack Obama retrasó el asalto de la ciudad para no tener que arreglar el caos sangriento.