"Los chamos (jóvenes) de la oposición no son angelitos como la gente cree, ellos van armados hasta los dientes, llevan incluso gases que son más tóxicos que los lacrimógenos, y se matan entre ellos mismos, solo basta con ver los vídeo para darse cuenta", dijo a Marlene Bello, habitante del sureste de la ciudad.
La opinión de Bello coincide con la de Maduro y su equipo de Gobierno, quienes han denunciado en la última semana la existencia de una "insurgencia armada" opositora, la cual tendría como objetivo dar un golpe de Estado.
"Ha surgido desde las filas de la oposición, y lo denuncio al mundo, una insurgencia armada fascista, antipopular, que ha levantado sus armas contra la República, y la República tiene derecho a defenderse del terrorismo y nos vamos a defender del terrorismo", dijo el mandatario.
El jefe de Estado hizo estas declaraciones tras entregar su iniciativa de Asamblea Constituyente ante el Consejo Nacional Electoral, el 3 de este mes, y posteriormente anunció la detención de cuatro hombres supuestamente relacionados con esos grupos insurgentes.
En conferencia transmitida en streaming por las redes sociales, el gobernador del estado Miranda (norte), Henrique Capriles, calificó de "salvaje represión" el accionar de las fuerzas de seguridad.
En las redes sociales circulan vídeos en los que se observa a manifestantes en las marchas de oposición con bombas molotov, así como el ataque con armas a opositores, por grupos supuestamente simpatizantes del Gobierno.
La canciller Delcy Rodríguez ha afirmado que los únicos colectivos que ampara el Gobierno son los que trabajan en actividades culturales, deportivas y productivas, en pro de la paz y el del desarrollo de Venezuela, y que cualquiera que use armas contra las marchas será considerado un criminal.
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No obstante, sectores de la oposición piensan que estos grupos son entrenados y enviados por el Gobierno para amedrentar a quienes adversan al presidente Maduro.
"Si algo tenemos claro quienes vivimos en el barrio es que lo que se asemeja al paramilitarismo o insurgencia armada es el uso de grupos oficialistas, que el Gobierno los ha armado y ellos someten a quien piensa diferente o se infiltran en las movilizaciones para generar más violencia", expresó a esta agencia Agustina Campos, habitante de la urbanización El Valle.
Grupos de choque
Un relevamiento de esta agencia constató que sus edades van entre los 16 y 24 años.
Estos, además de llevar mochilas, preparan bombas molotov, acumulan piedras y escombros, con lo cual responden o generan una actuación policial.
"Nosotros estamos aquí porque estamos pendientes para avisar y actuar si llegan los colectivos", dijo a Sputnik uno de los jóvenes con el rostro cubierto que se negó a identificarse, mientras pedía a sus compañeros incendiar la basura con la que habían bloqueado una calle del sureste de Caracas.
Algo similar se registró el 5 de mayo, en una movilización al este de Caracas, cuando en medio del disturbio y las llamas dos jóvenes sufrieron graves quemaduras al explotar una moto que habían hurtado a funcionarios de la Guardia Nacional.
"Yo no estoy de acuerdo con esas acciones; cuando voy a una marcha lo hago pacíficamente, y cuando veo a estos jóvenes pienso que están actuando así ante la fuerte represión de la Guardia, porque apenas avanzamos un poco, lanzan sin contemplación gases lacrimógenos", dijo Lidia Álvarez a Sputnik.
Al respecto, Antonio González Plessmann, activista de derechos humanos y miembro del Colectivo Surgentes, explicó que buena parte de la violencia comienza cuando hay la intención de avanzar a zonas de la ciudad para las cuales los manifestantes no están autorizados o cuando se activan los focos violentos.
"En esos escenarios, ya no se trata de un ejercicio del derecho a la manifestación y se abre la posibilidad de un uso racional y proporcional de la fuerza por parte del Estado, para contener; siempre intentando minimizar los daños", añadió.
La declaración se produjo luego que circulara un vídeo de una tanqueta arrollando a grupos de manifestantes que intentaban atacar a dos funcionarios de la Guardia Nacional.
El Gobierno de Maduro cuestionó que esos países no se pronunciaran ante el destrozo de espacios públicos y la arremetida de hordas violentas contra los cuerpos de seguridad.
Odio a lo popular
A juicio del también sociólogo González Plessmann, la violencia de la oposición hay que leerla en una manera más estructural.
A juicio del especialista, solo esto explica expresiones como la registrada el 19 de abril, cuando Almelina Carrillo sufrió una lesión cerebral luego de que le arrojaran un envase con agua congelada desde un edificio, lo que cuatro días más tarde le ocasionó la muerte.
Carrillo participaba de una movilización chavista.
Para González Plessamann, dentro de la oposición hay sectores pequeños, radicalizados, que generan un foco permanente de violencia y cuyo accionar no puede contener el liderazgo opositor.