El biólogo evolutivo explica que ello se debe a que el permafrost (parte profunda del suelo permanentemente congelado) "es un buen conservador de los microbios y virus porque es frío, allí no hay oxígeno, y es oscuro".
Ello quiere decir que los virus de la viruela o la peste bubónica que desaparecieron hace años, pueden seguir congelados en las plataformas de hielo. Según el científico, que lleva analizando el contenido del ácido desoxirribonucleico (ADN) del permafrost desde 2014, esto podría provocar pandemias globales en el futuro.
Además, advierte que la explotación de estos terrenos también representa una cierta amenaza ya que algunas capas "podrían ser expuestas por la excavación" que suponen las operaciones que se efectúan en los polos. Y de ese modo, continúa, "si los virus viables todavía se encuentran allí, se podría generar un desastre".
"Si el patógeno no ha estado en contacto con los humanos por un tiempo extendido, entonces nuestro sistema inmune no estaría preparado. Así que sí, esto podría ser peligroso", aclara.