"Todos estos actos se han calculado deliberadamente para afectar el resultado de los comicios generales", denunció en la puerta de su residencia oficial en la londinense Downing Street.
"Políticos y funcionarios europeos han emitido amenazas contra Reino Unido", alegó May a su retorno del Palacio de Buckingham donde informó a la Reina de la disolución anticipada del Parlamento.
La oposición laborista acusó a su vez a la líder conservadora de manipular la situación Brexit por "puro electoralismo" antes de actuar en bien del "interés nacional".
"Provocando una pelea innecesaria con nuestros socios europeos, la primera ministra está haciendo menos posible un buen acuerdo con Bruselas", denunció Chuka Umunna, posible candidato a suceder a Jeremy Corbyn al frente del laborismo.
Umunna respondió así al inesperado contraataque de la líder tory a atribuidos comentarios de Juncker, que Downing Street llevaba días restando importancia.
"La posición negociadora de Reino Unido en Europa se ha tergiversado en la prensa continental, la actitud negociadora de la Comisión Europea se ha endurecido", dijo May.
La diatriba le ayudó a relanzar la estrategia conservadora que enfoca las elecciones electoral como una clara opción de liderazgo entre un Ejecutivo conservador "fuerte y estable" y una "coalición del caos" en torno a Corbyn.
La primera ministra reafirmó también su amenaza de que "ningún pacto es mejor que un mal pacto" y reiteró la necesidad de un liderazgo firme para lidiar con las "duras negociaciones con la UE".
Los conservadores han centrado su campaña en repetir hasta la saciedad el contraste entre el liderazgo fuerte de May y el "caos" de una administración liderada por los laboristas, que van muy a la zaga en los sondeos de intención de voto.
La primera ministra justificó el adelanto de los comicios para reforzar su mano y ampliar su margen de libertad en las negociaciones Brexit, que se alargarán al menos hasta marzo de 2019.