Es capaz de alcanzar cualquier objetivo
Los cañones del Tunguska tienen dos modos de funcionamiento —el óptico y el de radar—. De este modo, el sistema antiaéreo ruso es igualmente letal para los blancos terrestres y aéreos, puesto que el radar a bordo es capaz de detectar objetivos en un radio de hasta 25 kilómetros.
Destrucción garantizada
En cualquier terreno, sin importar el clima
El Tunguska, creado a partir del vehículo militar de orugas 2S6, tiene una autonomía de 500 kilómetros a una velocidad máxima de 65 km/h, además, es capaz de funcionar bajo una humedad de 98% y a temperaturas de entre —50ºC y +65ºC, lo que lo convierte en una opción ideal para países como la India.
A su vez, los sistemas de reconocimiento y control pueden coordinar las actividades de varios sistemas Tunguska y derribar los blancos a baja altura —por ejemplo, los misiles de crucero—. De este modo, los misiles enemigos son destruidos por el fuego del cañón si entran en la zona activa de defensa del Tunguska.
A pesar de ser un proyecto soviético, el Tunguska sigue siendo un elemento formidable de la defensa antiaérea rusa, gracias a su capacidad única de destruir objetivos aéreos y terrestres a una velocidad de 60 km/h y en todas las condiciones climáticas.