Sputnik conversó con Ígor Zagarin, candidato a doctor en Filosofía, para averiguar cómo llegó a esta conclusión la comisión estadounidense.
Zagarin opina que las relaciones de las autoridades de Rusia y varios otros países del mundo con los Testigos de Jehová han sido complicadas desde hace mucho tiempo y la actividad de la organización se ha suspendido en varias ocasiones. No obstante, la prohibición de hoy en el territorio de Rusia se ha convertido en un pretexto para intervenir en los asuntos del país eslavo.
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Esta herramienta sirve también para ejercer presión en el presidente de EEUU, Donald Trump, según el filósofo. El mandatario estadounidense ya ofreció a los Testigos de Jehová trasladarse al país norteamericano en caso de que sea necesario.
Zagarin opina que Rusia no debe responder a las acusaciones que provienen de EEUU al respecto.
"No vale la pena responder. (…) Las acusaciones no van a parar. Es una potente organización global que seguirá ejerciendo influencia en diversas instituciones políticas, puesto que dispone de serios recursos financieros. Por lo tanto, la presión continuará", concluye.