Sin embargo, por algunas de sus acciones en la región, hay quienes ponen estas cuestiones en duda. Aram Aharonian, fundador de Telesur, codirector del Observatorio de Comunicación y Democracia y presidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (Fila), recordó, en diálogo con Sputnik, el "silencio cómplice" de la OEA durante la Guerra de Malvinas, su rol en la dictaduras del Cono Sur sudamericano y en el golpe contra Salvador Allende en Chile en 1973. Y calificó estas acciones como "hechos ignominiosos para la historia de esta región".
En 1962, la organización expulsó a Cuba. La decisión contó con abstenciones de países latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador. Los motivos de la resolución eran que el gobierno del país caribeño se alineaba con el bloque comunista internacional. La medida fue acompañada por informes sobre violaciones a los derechos humanos en la isla. El Gobierno de Fidel Castro envió una nota oficial a la organización en la que protestaba por la arbitrariedad de de la decisión. Recordaba además que la organización no tenía jurisdicción en el país.
Por episodios como estos "queda claro que la OEA resulta incompatible con las necesidades de los pueblos de América Latina y el Caribe. Es incapaz de representar sus valores e intereses. Impuso un falso credo democrático. Ha sido responsable de la muerte de miles de latinoamericanos y caribeños, y de la pobreza y exclusión de otros millones. Esta organización sirve a los intereses del imperio estadounidense, al mantenimiento de dictaduras, a la derecha más recalcitrante latinoamericana. Hoy sigue haciendo agua tras varios hechos bochornosos en su historia reciente", indicó.
Uno de los instrumentos polémicos del organismo es la Carta Democrática Interamericana, aprobada en 2001 con el objetivo principal de fortalecer la institucionalidad democrática de los países de la región. El documento establece normas para determinar la democracia representativa, respeto a los derechos humanos, la separación e independencia de los poderes públicos y la libertad de expresión. Un país que no se amolde a estos criterios puede sufrir penalidades.
"El peligro es que quienes dirigen esta institución no tienen ningún empacho en pasarle por arriba a las constituciones y la voluntad de los pueblos Cuando hay un gobierno que no conviene a los intereses de los círculos del poder imperial, esos gobiernos serán atacados", añadió Aharonian.
Sobre la decisión del Gobierno de Nicolás Maduro de abandonar el organismo, el especialista opinó que "los problemas de Venezuela los tienen que resolver los venezolanos. Desde la OEA se ha querido terminar con el Gobierno, nunca buscó el diálogo en el país", concluyó.