En su artículo para Real Clear Defense, el autor escribe que el Pentágono comenzó un "intenso esfuerzo para invertir en una nueva generación de capacidades diseñadas a restaurar la preeminencia militar de EEUU".
El nuevo plan de EEUU fue bautizado Third Offset Strategy —la Tercera Estrategia de Compensación—, y hace referencia a dos iniciativas adoptadas por Washington durante la Guerra Fría y dirigidas contra la URSS.
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Según Goure, Rusia y otros adversarios potenciales siguen invirtiendo en "una serie de capacidades, tácticas, técnicas y organizaciones diseñadas para contrarrestar las ventajas militares de EEUU y la OTAN". Asimismo, estas inversiones les ayudan a "apoyar a sus propias estrategias para una guerra ofensiva rápida no nuclear".
"Se ha hecho evidente que EEUU necesita nuevas capacidades y conceptos de operación militar", profundiza el autor.
La pieza central de la iniciativa de 2014 es el nuevo Programa de Planificación de Desarrollo e Investigación, dirigido a la creación de avances tecnológicos en los sistemas más sofisticados, sobre todo la robótica, sistemas autónomos, miniaturización, fabricación avanzada, incluida la impresión tridimensional.
Lamentablemente, prosigue Goure, por el momento la Tercera Estrategia de Compensación es "poco más que una 'lista de deseos' tecnológicos". Los dos primeros planes tuvieron éxito debido a "la habilidad de los planificadores miliares de seleccionar un conjunto de capacidades dirigidas al problema de contrarrestar las ventajas soviéticas".
"Aquellos esfuerzos se situaron en la ciencia aplicada y no experimental", explica el autor.
En la actualidad Washington podría aprovecharse del uso del caza de quinta generación F-35, capaz de "crear un nuevo tipo de ambiente de guerra aérea", prosigue el autor.
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Otro elemento que podría formar parte de la Tercera Estrategia de Compensación son los sistemas antimisiles y de defensa aérea, que servirán para contrarrestar la amenazan que suponen los misiles balísticos y de crucero y los aviones de ataque de los adversarios potenciales.
Además, Goure recuerda que el Ejército de EEUU recientemente llevó a cabo unas pruebas exitosas de su nuevo lanzador multipropósito con capacidad para interceptar a drones, misiles de crucero, cohetes, proyectiles de artillería y morteros.
Por fin, explica, el Ejército de EEUU tiene una serie de programas de modernización a corto plazo para sus tanques, vehículos blindados de combate, artillería y misiles de largo alcance que aumentarían de manera sustancial la potencia de combate de las unidades terrestres.
No obstante, aunque "es divertido imaginar la Tercera Estrategia de Compensación como un futuro lleno de robots autónomos", en realidad la mayor parte de las capacidades necesarias para implementarla no están listas para operar en el campo de guerra.
"Lo que se requiere es la determinación de desplegar ahora estas capacidades en la cantidad necesaria, además de los presupuestos para apoyar su adquisición", concluye.