Alexandr Jrolenko, columnista de Sputnik, cree que estas declaraciones están dirigidas en primer lugar a Rusia, lo que ha quedado demostrado a nivel político y militar. Sputnik Mundo te presenta un resumen del punto de vista del analista, publicado originalmente en idioma ruso.
La situación en el Ártico
El programa atómico del Reino Unido, conocido como Trident, cuenta con cuatro submarinos atómicos capaces de lanzar hasta 16 misiles balísticos intercontinentales Trident D5 con ojivas nucleares y termonucleares a una distancia de hasta 10.000 kilómetros. Actualmente, al menos uno de esos submarinos realiza patrullaje militar en el Ártico.
No en vano, voces en el Consejo de la Federación de Rusia —Cámara Alta del Parlamento ruso— han exhortado a Moscú a responder de manera categórica a las declaraciones del Reino Unido.
Y aunque evitar un conflicto nuclear es uno de los objetivos principales de Rusia, Jrolenko está de acuerdo con el senador ruso Frants Klintsévich, quien afirmó que el Reino Unido podría ser "aniquilado de la faz de la Tierra en el contrataque".
"La doctrina militar de la Federación de Rusia contiene una cláusula sobre el uso de armas nucleares como respuesta a una agresión contra el país o sus aliados con armas de destrucción masiva, así como [el uso de armas nucleares] en caso de una agresión con armas comunes contra Rusia, si [la agresión] amenaza la existencia del mismo Estado ruso. ¿Sabrán de esto en Londres?", se pregunta el analista ruso.
En otras palabras, en caso de una escalada militar a nivel mundial, los portamisiles atómicos británicos serán uno de los objetivos principales de la Armada rusa.
"Intimidar imprudentemente con el uso de la fuerza no es conveniente para los intereses nacionales británicos. Claramente, en la arena internacional, Londres debería dejar a un lado sus obsoletas costumbres imperiales y comportarse de manera más racional y recatada", concluye el experto.