"Este paso viola la soberanía y la integridad territorial de Irak", dijo al precisar que Teherán apoya la posición de las autoridades iraquíes al respecto, según el comunicado publicado en la página web de la Cancillería iraní.
El objetivo de los militares turcos fue destruir las bases de las unidades kurdas, relacionadas con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), proscrito en Turquía como una organización terrorista.
Según datos de Ankara, en los bombardeos perecieron unos 70 combatientes kurdos.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró la víspera que había informado a los socios, incluida Rusia, EEUU y el Kurdistán iraquí, de la operación contra los kurdos en el norte de Irak.
Erdogan dijo, además, lamentar la muerte de varios miembros de las milicias kurdas peshmerga, uno de aliados de la coalición contra Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países), por los bombardeos en Irak y aseguró que "no fue en absoluto una operación contra los peshmerga".
Por su parte, el portavoz adjunto del Departamento de Estado de EEUU, Mark Toner, declaró que Washington manifestó en forma directa al Gobierno turco su preocupación por estos ataques que Turquía llevó a cabo "sin la coordinación debida ni con EEUU ni con la coalición contra Daesh".