"El 28 de abril tiene potencial para entrar en la historia nacional; los sindicatos se unen para luchar contra la reforma de las pensiones y la reforma laboral y el Sindicato Nacional de los Aeroviarios (SNA) no podía quedarse atrás; organizaremos paralizaciones en los aeropuertos que empezarán con el turno de mañana, sin hora prevista para acabar"; avisó el SNA, el principal sindicato del sector.
El sindicato representa a más de 50.000 trabajadores que se encargan de la facturación, el traslado de equipajes y el embarque y desembarque de pasajeros en la mayoría de los aeropuertos del país, a excepción de las terminales aéreas de Sao Paulo, Recife, Porto Alegre y Manaos.
El aeropuerto de Guarulhos es el más grande de América del Sur y un importante nudo de conexiones, por lo que la cancelación de vuelos podría afectar a diversos países del entorno.
En él operan 46 compañías aéreas y cada día se registra una media de 104.000 pasajeros y 800 vuelos, según la concesionaria que lo administra.
Además de los trabajadores de los aeropuertos, en las últimas horas también anunciaron su adhesión a la huelga general decenas de sindicatos que representan a empleados del transporte público de las ciudades más importantes del país.
La huelga general del 28 de abril es la primera que tendrá lugar en Brasil desde 1996 y tiene como objetivo evitar que el Gobierno de Temer (del conservador Partido del Movimiento Democrático de Brasil) avance en la aplicación sus reformas económicas.
Sindicatos y movimientos sociales de izquierda critican especialmente la reforma de las pensiones —que establece por primera vez una edad mínima de jubilación; 65 años para los hombres y 62 para las mujeres— y la reforma laboral, que pretende flexibilizar las relaciones entre empresarios y trabajadores.