"Es una novela de encuentros y desencuentros con final feliz", señaló la presidenta de la organización, Estela de Carlotto, en conferencia de prensa
El nuevo nieto restituido era hijo de Iris García Soler y Enrique Bustamante, apodados respectivamente "Tita" y "Lobo", quienes desaparecieron el 31 de enero de 1977 en Buenos Aires.
Los investigadores pudieron rastrear el destino de ambos a través de sus apodos.
La pareja de militantes fue secuestrada en el barrio porteño de San Telmo (sur) por la Policía Federal, y enviada a un centro clandestino de tortura conocido como El Club Atlético, un sótano en un edificio de tres plantas que pertenecía a ese cuerpo de seguridad.
García Soler estaba embarazada de tres meses cuando se le perdió el rastro.
Ella dio a luz en el mayor centro clandestino de detención que funcionó durante el terrorismo de Estado en Argentina: el predio militar de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) en Buenos Aires.
El nieto recuperado, cuya identidad se ha preservado, accedió a realizarse los exámenes de ADN por voluntad propia tras ser contactado por Abuelas en la provincia de Córdoba (centro).
"El tiempo en que se haga pública su identidad lo va a determinar él, debe internalizar esta gran noticia que nos conmueve a todos", comentó De Carlotto en la rueda de prensa.
La desaparición de García Soler y la apropiación de su hijo están siendo investigadas en el juicio por los delitos de lesa humanidad perpetrados en la ESMA, que comenzó en 2013.
Abuelas de Plaza de Mayo es una entidad que intenta restituir a sus legítimas familias los bebés que fueron sustraídos y dados en adopción ilegal por cómplices o agentes de la dictadura.
"Este año cumplimos 40 años de búsqueda y son cientos las familias que anhelan el abrazo con su ser queridos", destacó De Carlotto.
La organización estima que en total 500 nietos fueron separados de sus progenitores como parte de un plan sistemático de apropiación de hijos de opositores políticos durante el terrorismo de Estado.