"Hemos descubierto que hay un vínculo entre el consumo excesivo de los refrescos dulces y la atrofia cerebral, así como entre la reducción del tamaño de la sección inferior del cerebro y el deterioro de la memoria", declaró Matthew Pase, de la Universidad de Boston.
Pase y sus colegas obtuvieron esos resultados al haber examinado a 4.000 estadounidenses de la ciudad de Framingham, que están bajo su control desde mediados del siglo pasado. Ante todo les interesaba la estructura del cerebro y cómo funcionaba la memoria.
Según el grupo investigador, el consumo de más de una o dos porciones de refrescos, zumos o edulcorantes al día provoca una serie de problemas cerebrales. El tamaño del cerebro de las personas examinadas era 1% menor de lo normal. Ellos recordaban 6% menos información de aquellos que no bebían refrescos.
Los investigadores de la Universidad Tufts (Boston, EEUU) descubrieron que los refrescos son responsables de la muerte de 184.000 personas al año, la mayoría de las cuales son de EEUU, México y países de América Latina.
Al mismo tiempo, los científicos señalan que todavía el asunto no está claro al 100% y requiere otras pruebas.