Rogozin aseguró que los pasos en esta dirección dependen en primer lugar de la diversificación del sector y de utilizar sus activos de manera "más imaginativa y heterogénea".
El vice primer ministro valoró positivamente las señales que está dando el sector en este sentido. En su opinión, en cuanto a la construcción naval y a la venta de maquinaria para complejos de combustible y energía ya es posible "hablar de ciertos avances".
Por contrapartida, la industria espacial, la electrónica y la industria química continúan dependiendo "demasiado" de la demanda del Estado.
Actualmente, la comercialización civil de las empresas rusas de Defensa supone el 16,1 % de su producción. Se espera que para el 2025 ésta suponga el 30 % y, hacia 2030 el 50 %, tal y como está previsto por los planes establecidos en el Gobierno del país.