"Hay señales de mejora en la actividad que empiezan a diseminarse por algunos sectores, pero es necesario un poco de cautela", explicó al diario Folha de Sao Paulo el economista Silvio Campos Neto.
En comparación con febrero de 2016 la economía creció un 0,48%, pero si se compara con el acumulado de los 12 meses anteriores se registró un retroceso del 3,68%.
El Gobierno espera que en 2017 el PIB brasileño crezca un 0,7%, impulsado por el crecimiento más consolidado que prevé registrar en los últimos trimestres de este año.
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Si se cumplen esas previsiones el país empezaría a poner fin a la peor recesión económica de su historia reciente, puesto que en el bienio 2015-2016 se perdió el 7,2% del PIB.