El experto incidió en que el aspecto más destacado de la visita de la líder alemana es su deseo de participar en el proceso de toma de decisiones políticas de alto nivel.
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"La canciller teme que el diálogo entre Rusia y EEUU pueda desarrollarse de tal manera que no haya necesidad de la presencia de todos los demás, de manera que muchos asuntos internacionales se resuelvan sin ella", indicó Olénchenko.
A juicio de Olénchenko, la cumbre del G20 es una "cuestión de máxima prioridad, debido a que podría acoger la primera reunión de los mandatarios de Rusia y EEUU".
La tercera razón —la política exterior— "tiene que ver con Angela Merkel en el plano personal", prosiguió el experto. Merkel es candidata a canciller en las próximas elecciones, que tendrán lugar en septiembre. En consecuencia, "la política exterior es especialmente relevante" para ella.
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La canciller alemana hará una visita a Moscú solo después de que se hayan dado pasos en el arreglo de las crisis ucraniana y siria. No obstante, según Der Spiegel, la postura de Merkel ha cambiado.
Tras la elección del magnate neoyorquino, Berlín temía que el nuevo presidente de EEUU y el líder ruso, Vladímir Putin, "lo decidieran todo a espaldas de Merkel".
"No obstante, Washington ha elegido una línea tan restringida hacia Moscú que es casi imposible trabajar juntos. El problema actual no radica en el acercamiento entre EEUU y Rusia, sino en el completo silencio", escribió Der Spiegel.