"Este crimen, perpetrado en medio de una fiesta religiosa, asombra por su crueldad y cinismo. Es evidente que, además de intimidar a la gente, los terroristas tratan de sembrar la discordia entre diversas confesiones", señaló Putin en un telegrama enviado a Al Sisi.
"Actuando juntos, hombro a hombro con otros miembros responsables de la comunidad internacional, nuestros países sabrán repeler a las fuerzas del terrorismo y erradicar su ideología del odio", afirmó.
También el primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, transmitió su pésame al pueblo de Egipto al subrayar, en un telegrama enviado al jefe del Gobierno egipcio, que "este crimen bárbaro no tiene justificación".
"Transmita nuestras palabras de compasión y respaldo a familiares y allegados de los fallecidos, y nuestros votos de pronta recuperación a todos los heridos", señala el mensaje.
Una explosión que tuvo lugar este domingo en la iglesia copta Mar Girgis (San Jorge) en la ciudad de Tanta, norte de Egipto, causó entre 21 y 25 víctimas mortales y entre 59 y 70 heridos, según diversas fuentes.
Por el momento se desconoce si la explosión es resultado de una bomba colocada en el tempo, u obra de un terrorista suicida que habría detonado su carga mientras se estaba celebrando el Domingo de Ramos.
La ciudad de Tanta se encuentra en una de las zonas más pobladas de Egipto, el delta del Nilo, entre el Cairo y Alejandría.
En diciembre pasado, más de 20 personas fallecieron y medio centenar sufrieron heridas por una fuerte explosión en una iglesia próxima a la Catedral Copta del Cairo.
Una bomba de potencia equivalente a 12 kilos de trilita detonó la pequeña iglesia del Botroseya (la iglesia de San Pedro y San Pablo), construida en el año 1911 sobre la tumba de Boutros Ghali, primer ministro de Egipto en el período de 1908 a 1910.
Aquel ataque fue reivindicado por el Estado Islámico, o Daesh, la organización designada terrorista y proscrita en numerosos países, particularmente en Rusia.