"En Venezuela, desde la elección del presidente Nicolás Maduro en el año 2013, después de la muerte del presidente Hugo Chávez, se intensificó una ofensiva mediática, política y una guerra económica acompañada de manifestaciones de violencia promovidas desde sectores de la derecha interna y con apoyo internacional", manifestó Isea.
En opinión de este diplomático, la derecha venezolana "lleva desde 2014 pretendiendo arrebatar el poder al presidente democráticamente elegido mediante terrorismo de calle".
"Muchos de ellos no son ciudadanos corrientes que salen a protestar molestos, son comandos, personas entrenadas con dominio de artes marciales que llevan material de combate como escudos", expuso el embajador venezolano.
Ante ese escenario, prosigue el diplomático, la actuación de las fuerzas de seguridad venezolanas en las manifestaciones se limitó a "contener" a esos manifestantes violentos, lo que contradice la versión de los opositores.
"No hay pruebas de esas versiones, lo único que hay son simples afirmaciones con el objeto de victimizar a los violentos y convertir en victimario al Estado cuando actúa para preservar el orden", relató Isea.
El análisis de Isea llama la atención sobre que este guion "ya se vio en otros sitios" y consiste en "catalogar a un Gobierno de represor mientras que grupos de élite y comandos provocan confrontación y violencia para justificar luego una matriz internacional que condena como autoritario un Gobierno democrático".
"Con la décima parte de lo que hacen los opositores violentos en Venezuela cualquiera estaría preso en otro país", resumió el diplomático.
En ese sentido, Isea recordó que el opositor Leopoldo López "no es un preso político" ya que se encuentra en la cárcel por "llamar a incendiar el país".
"En Venezuela no hay presos políticos, lo que hay son algunos políticos presos por promover la violencia y la salida de un gobierno democrático por vía no constitucional", aseguró Isea.
Del mismo modo, a modo de conclusión, Isea rechaza que, al contrario de lo que argumenta la oposición, la protesta social o la libertad de expresión se encuentren en peligro en Venezuela.
El papel del expresidente español José Luis Rodriguez Zapatero
La apuesta por el diálogo que el expresidente español José Luis Rodriguez Zapatero realiza como parte de su trabajo de mediador en el conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo en Venezuela es un "ejemplo" que contrasta con la actitud de otros expresidentes españoles, dijo Mario Isea.
"Ha dado ejemplo manteniéndose como uno de los facilitadores de diálogo junto al papa y a los otros dos mediadores de Unasur, el expresidente de Panamá Martín Torrijos y el expresidente dominicano Leonel Fernández", aseguró el diplomático venezolano.
A su modo de ver, esta actitud "contrasta mucho" con la mostrada por otros expresidentes españoles como José María Aznar o Felipe González, que recientemente solicitaron la activación de la Carta Democrática de la OEA (Organización de Estados Americanos) en Venezuela.
"Mientras que uno está planteando que se promueva la paz y la solución del conflicto con diálogo, los otros han promovido una ofensiva de injerencia internacional", resume el embajador.
"Lo que deben hacer los demás países es ayudar a que se resuelvan los conflictos en paz y con diálogo, como viene haciendo Unasur a través de sus mediadores", insiste.
El diplomático venezolano cree que "los poderes internacionales" deberían fomentar el diálogo en lugar de "estimular la violencia de la oposición" porque "desestabilizar a Venezuela es desestabilizar a toda América Latina".