"Durante la investigación hemos acumulado pruebas que permitieron a los fiscales formular nuevas acusaciones contra controladores aéreos (rusos) y también contra una tercera persona que estaba presente en la torre de control", declaró el fiscal general adjunto polaco, Marek Pasionek, en rueda de prensa celebrada en Varsovia.
Según comentó, Polonia pedirá a Rusia permiso para interrogar a los controladores aéreos rusos.
En el accidente no sobrevivió ninguno de los ocho tripulantes y los 88 pasajeros, miembros de una delegación gubernamental que viajaba a Rusia para rendir homenaje a los militares polacos que la Policía secreta de Stalin ejecutó en los bosques de Katyn, en 1940.
El Comité Interestatal de Aviación (MAK, por sus siglas en ruso) dio a conocer en 2011 el informe final sobre la investigación técnica del siniestro.
Según el documento, la causa directa de la caída del avión presidencial polaco fue la decisión de su tripulación de aterrizar en condiciones de poca visibilidad, en vez de dirigirse a un aeródromo de reserva.
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Además se mencionaron causas de "carácter sistémico", como la insuficiente preparación de la tripulación.