Durante las manifestaciones, un grupo de protestantes prendió fuego a varias oficinas de la sede del Congreso de Paraguay, tras ingresar por la fuerza al recinto parlamentario.
Las manifestaciones se saldaron con grandes daños materiales, decenas de heridos y la muerte de un joven que participaba en las protestas.
La sesión de la Cámara Baja, prevista para el día 1 de abril, fue cancelada como consecuencia de los disturbios.